domingo, 20 de abril de 2014

CARPINTERÍA EN CLAVE DE INCLUSIÓN

Fragmentos del informe 
Educadora Anna Karina Romero


El Grupo (...) de Carpintería se compone de 25 alumnos en lista, de los cuales solamente una es una chica.
Sin necesidad de gráficas podemos apreciar que todos proceden de barrios periféricos de la ciudad de Artigas (datos no publicados).
A no ser por su situación de vulnerabilidad estructural totalmente homogénea (...) no existe nada nuevo que aportar a otros informes que existirán de otros colegas con respecto a los alumnos del FPB, y específicamente los que optan por la orientación CARPINTERÍA, que tiene la peculiaridad de ser la opción de aquellos de mayor vulnerabilidad, lo cual sería interesante investigar seriamente por qué existe esa correlación.
Arriesgando una opinión sin base científica, o una HIPÓTESIS para esa supuesta investigación, puedo decir que se trata –la profesión “carpintero”- de un estereotipo social muy arraigado, aceptado silenciosamente por todos, inclusive aquellos que trabajamos en UTU, que le asigna al oficio un atributo despectivo, desvalorizado y asociado con aquellos grupos que tienen menos aspiraciones de movilidad social.
Básicamente eligen carpintería los más pobres, los de conductas menos adaptadas y adaptables a cualquier tipo de regla, los que tienen mayores problemas de aprendizaje de materias que exigen mayores niveles de abstracción, y, en coherencia con esto, son siempre los grupos más grandes, con la paradoja de que son también los que por sus características requieren mayor atención personalizada.
Para cerrar hago mías las reflexiones del trabajo sobre INCLUSIÓN EDUCATIVA, Mención Especial del Concurso “Convocación 2012”, “Deserción y fracaso escolar en contextos de expulsión social” (Carlos Gobba Mareco y Gianina Marsiglia Lautaret*): “…en sociedades tan fragmentadas socio-espacialmente como la nuestra, se vuelven difíciles las formas tradicionales de disciplinamiento (Barrán, 1990) tal como se vienen planteando desde la educación formal. Éstas solo darán resultado en aquellos que, aún en un contexto de marginación social, siguen confiando en el sistema educativo, y es que gran parte de la eficacia de ese sistema ‘está afuera’ del mismo. Hacemos referencia a que sus usuarios (los alumnos) ya conocen cómo, en la vida adulta, se va a poder ‘salir adelante’ o, dicho de otra manera, conseguir un trabajo o ganarse la vida…” (…) “Además sienten que el barrio en el que viven los condiciona para acceder a los trabajos más codiciados, instalando en ellos y por parte de ese mundo adulto que los rodea y contiene una idea de resignación y por lo tanto autoajuste de su horizonte de expectativas. Ese mundo adulto compuesto, entre otros, por la opinión pública que los estigmatiza como otro peligroso porque viven en un barrio peligroso y además los puede identificar por su forma de vestir.”


 *Carlos Antonio Gobba Mareco: Prof. de Sociología, Educación Social y Derecho, egresado del IPA. Licenciado en Sociología. Gianina Marsiglia Lautaret: Lic. en Sociología, estudiante avanzada de profesorado de Sociología y referente socioeducativo de Jóvenes en Red.

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